Los pasados días 22 y 23 de abril tuvo lugar en París el 3º congreso del International Partnership For Dogs (IPFD), organizado por la Société Centrale Canine. La multiplicidad profesional de los participantes facilitó debates animados en 6 grupos de trabajo. Royal Canin y Agria (una sociedad de seguros para animales de origen sueco) fueron los colaboradores de primer orden de este evento.

Los 135 delegados (originarios de 24 países) procedían de sectores muy variados: veterinarios, investigadores, criadores, jueces, expertos en comportamiento y bienestar animal, consejeros en genética, delegados de la industria de animales de compañía... En total estuvieron representadas 18 organizaciones caninas nacionales.

Presentación del IPFD

El IPFD es una joven asociación sin ánimo de lucro creada en Suecia en 2014 para promover el diálogo entre criadores de perros y científicos, y que aspira a mejorar la salud y el bienestar de los perros dentro de la cinofilia.

“¿Cuál es el objetivo principal de una raza canina?” A todos los clubes de raza en los que se plantea legítimamente esta cuestión, la presidenta del IPFD responde: “No estáis solos a la hora de encontrar respuestas y soluciones a esta pregunta, estamos aquí para ayudaros.” De tal forma, la Dra Brenda Bonnet, veterinaria canadiense (también criadora y jueza), presentó la misión principal de la asociación. “De la información y la colaboración nace la acción”, tales son las tres palabras clave del proyecto de la IPFD, que también fueron recordadas por Brenda Bonnett al principio del congreso.

El IPFD se ha fijado como objetivo promover la colaboración entre todos los actores capaces de actuar en pro de la salud y el bienestar de los perros.

La prevención de enfermedades hereditarias y la lucha contra los hipertipos eran parte de los temas sustanciales del congreso de París. A su vez, también se aprovecharon los talleres para trabajar en la comunicación de buenas prácticas de cría (en materia de antibioterapia, por ejemplo), las condiciones que hay que reunir para obtener cachorros bien equilibrados, la armonización de las pruebas genéticas y la optimización en el uso de los datos de cría disponibles. Más tarde se presentaron algunos ejemplos de las reflexiones planteadas en el congreso sobre cada uno de los temas abordados.

1 – Detectar las enfermedades hereditarias

La difusión y utilización de las pruebas de detección de enfermedades hereditarias caninas son muy diferentes según los países y las políticas de las federaciones caninas y clubes de raza. El fomento de la detección es en general más significativo en los países del norte de Europa que en el resto.

Para animar la selección de perros de raza indemnes a las principales enfermedades hereditarias, las instancias caninas internacionales deben colaborar, difundir los resultados de las investigaciones sobre cada raza y compartir herramientas que “funcionen”. Según el Dr Grégoire Leroy (miembro de la Comisión Científica de la FCI), nos enfrentamos a tres retos principales:

• evaluar correctamente la situación (jerarquizar las prioridades)
• aplicar estrategias de corrección de problemas adaptadas al contexto de la raza y a las particularidades nacionales
• seguir atentamente los efectos de las políticas llevadas a cabo.

Los responsables de clubes de raza deben decidir entre “la zanahoria " (valorización de los perros cuyo pedigrí atestigüe la realización de pruebas genéticas apropiadas) y el “palo” (perros “sospechosos” retirados de la reproducción).

2 - Luchar contra los hipertipos

Un gran número de publicaciones recientes destaca los problemas de salud y el sufrimiento potencialmente inducido en perros seleccionados con caracteres morfológicos extremos. Las razas braquicéfalas son evidentemente las más señaladas por muchas asociaciones de protección animal, y hay que tener en cuenta que la gran popularidad de estas razas juega contra ellas. Muchos criadores y propietarios no son conscientes de gravedad de los signos clínicos mostrados por estos perros, signos que suelen considerarse como “propios de la raza”, e incluso casi “deseables”. Un estudio danés publicado en 2017 muestra bien la paradoja: los problemas de salud encontrados en estos perros tienden a reforzar la relación afectiva entre el propietario y su perro².

Según la Dra Rowena Packer (del Royal Veterinary College de Londres), informar a los compradores y a los propietarios, educar a los jueces y advertir a los medios de comunicación y a las sociedades contra los mensajes transmitidos por la utilización de estos perros en la comunicación y la publicidad son tareas prioritarias. Sobre este último punto, la asociación británica CRUFFA (Campaign for the Responsible Use of Flat-Faced Animals) lleva a cabo numerosas acciones. En solo unos meses esta asociación consiguió convencer a más de 40 sociedades para que no siguieran utilizando imágenes de perros con hipertipo.

En lo que respecta propiamente a los perros se han hecho varias propuestas, actualmente debatidas en el IPFD:

• Integrar exámenes de salud y pruebas de tolerancia al esfuerzo en los concursos y exámenes en los que estos perros son presentados. Un artículo reciente constató que el simple hecho de hacer correr a los perros una distancia de 1000 m (o que caminaran durante 6 minutos) permite detectar fácilmente a aquellos que padecen síndrome de obstrucción de las vías respiratorias³.
• Desarrollar pruebas genéticas para rastrear predisposiciones perjudiciales para la salud de los perros braquicéfalos.Por ejemplo, en torno al 5 % los carlinos se han observado anomalías en las vértebras torácicas, frecuentemente asociadas con trastornos neurológicos⁴.
• Promover el desarrollo de nuevas descendencias “menos extremas”, y considerarlas con el tiempo como variedades de las razas existentes. El recurso al outcrossing (cruzamiento con otras razas) también puede contemplarse. Un estudio efectuado en el bulldog inglés muestra que aunque aún exista cierta diversidad fenotípica y genotípica en esta raza, no es seguro que tal diversidad sea suficiente para eliminar los caracteres de raza que perjudican la salud de estos perros⁵.

En un póster presentado en el congreso IPFD (“How extreme is too extreme?”), la Dra Packer recalcaba la necesidad de acumular datos cifrados a propósito de las medidas anatómicas de los perros braquicéfalos. El objetivo es poder dar recomendaciones sobre el ratio craneofacial, es decir la relación entre la longitud de la frente y la del cráneo.

Registrar los avances realizados en cada país y compartirlos contribuirá a acelerar la conciencia y a mejorar la situación de estos perros.

3 - Limitar la utilización de los antibióticos para cría

“La apatía precede a las calamidades”. Tal es el anuncio hecho por Jason Stull, profesor del departamento de medicina preventiva de la Universidad americana de Ohio. En Estados Unidos, al menos el 30 % de las prescripciones de antibióticos son inútiles o inapropiadas⁶, en tanto que la resistencia a los antibióticos de ciertas bacterias peligrosas se está convirtiendo en una preocupación mayor tanto en medicina humana como veterinaria.

Incluso aunque Francia se muestre precursora en el control de las prescripciones de antibióticos en medicina veterinaria, también deben combatirse ciertos comportamientos observados en la cría. La administración de antibióticos a los perros debe hacerse cuando la necesidad sea real y según un protocolo bien definido, adaptando la molécula al contexto médico. Por consiguiente, la prescripción veterinaria se impone cada vez más y debe instaurarse un diálogo abierto entre el criador y el veterinario.

4 - Promover un buen equilibrio comportamental en los cachorros

La selección genética no concierne solo a los caracteres físicos. También debe tener en cuenta las características comportamentales. Hay que elegir reproductores de linajes conocidos para transmitir rasgos positivos de carácter y evitar la transmisión de enfermedades que puedan perturbar el comportamiento, como por ejemplo la epilepsia.

Según Nathalie Marlois, veterinaria comportamentalista y presidenta de la asociación Zoopsy, la madre tiene una influencia significativa en el desarrollo y las capacidades de adaptación de los cachorros. Una perra estresada produce cachorros miedosos que regulan mal sus emociones. Esto puede derivar en trastornos del comportamiento que se consolidarán en la edad adulta, incluyendo la agresividad o el síndrome de hiperactividad. La salud y el equilibrio comportamental también se preparan in utero: el estrés vivido por la perra durante la gestación afecta al desarrollo de los cachorros.

Durante los talleres que se efectuaron sobre este tema se expresaron diversas ideas para animar la producción de cachorros bien equilibrados.

• Las crías que tienen muy en cuenta las condiciones de entorno de los cachorros y que producen animales muy sociables merecen destacarse a través de mensajes claros a los potenciales compradores, a fin de darles confianza. Promover una imagen responsable de los criadores ayudaría a dar a entender el peligro de comprar cachorros de origen dudoso⁷. Los cachorros importados ilegalmente o procedentes de puppy farms” no presentan las mismas garantías que los que han sido criados en buenas condiciones.
• La adecuación entre el carácter de un cachorro y su familia de acogida es primordial. Hay que encontrar la “buena familia” para el “buen cachorro”. Este punto es muy importante cuando se trata de un propietario novel.
• El periodo de socialización, que se extiende entre la 3ª y la 12ª semana, juega evidentemente un papel fundamental y es importante que se aconseje bien a los propietarios para que procuren experiencias positivas a su cachorro durante este periodo.

El Dr Alexandre Balzer (veterinario, criador y miembro del Comité de la SCC) coanimó los talleres sobre comportamiento y bienestar canino con la Dra Nathalie Marlois. Insistió en el interés de las escuelas de cachorros para enseñar a los propietarios a portarse bien con su perro⁸. En Francia se han censado más de 1000 escuelas de este tipo, y el objetivo es tener una en cada club de educación y de utilización con al menos un educador formado en cada uno de ellos.

5 - Armonizar las pruebas genéticas

Las pruebas de detección de enfermedades genéticas se multiplican, lo que permite ayudar a los criadores a elegir a reproductores “sanos” en sus descendencias, aunque se plantean ciertas cuestiones:

• ¿Cómo seleccionar y jerarquizar las pruebas de detección prioritariamente en una raza?
• ¿Cómo asegurarse del valor de estas pruebas y del significado real de los resultados que dan?
• ¿Cómo utilizar juiciosamente las pruebas? Un focalización excesiva en la utilización de reproductores indemnes para tal o cual enfermedad puede, efectivamente, ser desventajosa a largo plazo debido a la reducción de la diversidad genética que puede generar.

La falta de estándares internacionales y de sistemas de control de calidad para las pruebas genéticas en medicina veterinaria contribuye también a confundir a los usuarios. ¿A qué raza y a qué tipo de perro está destinada esta prueba? ¿Debería utilizarla? ¿En qué laboratorio puedo comprarla? ¿Me aportará el resultado información verdaderamente útil? ¿Por qué los expertos no se ponen de acuerdo entre sí? ¿Dónde obtener información adecuada? etc. A estas preguntas, los países y los clubes de raza dan a veces respuestas diferentes, lo que no hace más que aumentar la confusión...

Se impone pues una armonización en la utilización de las pruebas genéticas, y para ello deben colaborar todos los actores de este ámbito: veterinarios, criadores, laboratorios de genética, investigadores, instancias de la cinofilia... El IPFD muestra claramente su voluntad de hacer avanzar las cosas al respecto. El objetivo a corto plazo es elaborar un catálogo de pruebas disponibles, precisando el laboratorio que las comercializa, las recomendaciones de uso, las pruebas de eficacia y las acreditaciones. La web dogwellnet.com deberá compilar toda esta información.

6 - Optimizar la utilización de los datos disponibles de cría

Independientemente de los problemas de salud encontrados en ciertas razas, es imposible elaborar políticas de acción sin poner claramente en evidencia las posibles predisposiciones genéticas. La obtención de estas pruebas exige compilar un gran número de datos. Esto vuelve a poner de relieve la necesidad de elaborar sondeos a gran escala, validar la fiabilidad de los resultados mediante un tratamiento estadístico adecuado y compartir la información en el plano internacional.

Tal como decía con cierto humor Ian Seath (presidente del Dachsund Breed Council) en una presentación, “pesar a un lechón cada día no lo hará crecer”. Cuando dispongamos de datos suficientes, habrá que actuar. Mejorar la salud de las razas caninas es un trabajo extenso que requiere esfuerzos sostenidos a lo largo del tiempo.

En el congreso IFPD se presentó el póster: “Benefits from integration of international data” (por Wang y al). Este póster ilustra el trabajo realizado conjuntamente por la SCC, el Svenska Kennelklubben (Suecia) y el Kennel Club británico. Se trata de un estudio que pretende evaluar mejor las prácticas de acoplamiento en cuatro razas caninas: el bullmastiff, el setter inglés, el boyero de montaña bernés y el labrador retriever. En el periodo considerado, la tasa de acoplamientos entre individuos muy consanguíneos disminuyó o permaneció estable, a excepción del labrador retriever en Francia. Gracias a la internacionalización del intercambio de pedigrís, se mostró que es posible reducir la consanguinidad a veces excesiva en ciertas razas⁹.

Conclusión

Para animar el intercambio de conocimientos y experiencias, y aplicar planes concretos de acción al servicio de la salud de los perros, el IPFD dispone de una plataforma internacional muy nutrida. La información potencialmente útil para los miembros de la asociación puede localizarse en https://dogwellnet.com

El progreso de los trabajos iniciados por cada grupo de trabajo durante el congreso de París se irá integrando gradualmente en el contenido de esta web.

El próximo congreso del IPFD tendrá lugar en Gran Bretaña en 2019.

REFERENCIAS

1. Summers JF, et al. Prevalence of disorders recorded in Cavalier King Charles Spaniels attending primary-care veterinary practices in England. Canine Genetics & Epidemiology 2015; 2:4.
2. Sandoe P, et al. Why do people buy dogs with potential welfare problems related to extreme conformation and inherited disease? A representative study of Danish owners of four small dog breeds. PLoS One 2017; 12: e0172091.
3. Lilja-Maula L, et al. Comparison of submaximal exercise test results and severity of brachycephalic obstructive airway syndrome in English bulldogs. Vet J 2017; 219: 22-26.
4. Ryan R, et al. Prevalence of thoracic vertebral malformations in French bulldogs, Pugs and English bulldogs with and without associated neurological deficits. Vet J 2017; 221: 25-29.
5. Pedersen NC, et al. A genetic assessment of the English bulldog. Canine Genetics and Epidemiology 2016; 3: 6.
6. Fleming-Dutra KE, et al. Prevalence of inappropriate antibiotic prescriptions among US ambulatory care visits, 2010-2011. J Am Med Assoc 2016; 315: 1864-1873.
7. McMillan FD. Behavioral and psychological outcomes for dogs sold as puppies through pet stores and/or born in commercial breeding establishments: current knowledge and putative causes. J Vet Behav Clin Appl Res 2017; 19: 14-26.
8. Howell TJ, et al. Puppy parties and beyond: the role of early age socialization practices on adult dog behavior. Vet Med Research and Reports 2015; 6: 143-153.
9. Wang S, et al. Merging pedigree databases to describe and compare mating practices and gene flow between pedigree dogs in France, Sweden and the UK. J Anim Breed Genet 2017; 134: 152-161.